La Perinola

Como en un juego la vida da y quita. Pero la perinola es accionada por fuerzas absolutamente humanas. Pensar la realidad cotidiana es el objeto de estos apresurados apuntes críticos.

domingo, 28 de noviembre de 2010

La ética y el punto G



La ética está lejos del cuerpo. El cuerpo es una ínsula para robinsonear mientras el alma ocupa el centro de la metrópolis.  A veces se ha dejado llegar al corpus laborantis. Después de todo no hay espectáculo angélico sin el trabajo de quienes construyen el escenario.  ¡La virtud se apoderó del trabajo con Adam Smith y con Karl Marx!  Y hubo incienso bendiciendo la parte alada del trabajo. Laborem exercens . Pero el cuerpo sexual está más allá. Cerca del infierno. Plus Ultra. No hay ética en el cuerpo del sexo: sus descubrimientos son sucios. Objeto repugnante de relatos de truhanes, relatos prohibidos, profanos, satánicos. ¡Sade, Anais Nin, Bukowsky: albaceas de la perdición humana! ¿Cuánto tiempo  necesitó la especie humana para descubrir los lugares más exactos para infligir dolor o gestionar la peor muerte? Hay registros prehistóricos de inusitada crueldad.

Pero solo en los años 60 del siglo XX descubrieron el Punto G femenino…el punto donde el placer es más intenso y donde la vida alcanza la desmesura del infinito en un instante…¡qué intima exploración! ¡qué amor más intenso y suave acompaña esa exploración de las explosiones eróticas!  ¡Cuánta moral tenemos que postular detrás de la entrega más profunda!

En los antros profanos de la gazmoñería clerical, un profesor me dijo: ¡que humillante es el examen de próstata!  Su machismo heteroxesual  le conminaba a expresarse de ese modo. No tenía la menor idea de que el proctólogo estaba muy próximo, en su sucio examen, del placer más intenso jamás sentido. Es que para el profesor impoluto, etéreo, ejemplar, la ética estaba en otra parte. Nunca podía haber entrado en su cabeza que, otras formas lícitas y festivas de la ética, pueden desplazarse por la punta lasciva de los dedos.

 


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viernes, 12 de noviembre de 2010

Anarquismo y sadomasoquismo




Michel Foucault establece en una entrevista su clásica definición: ”El sadomasoquismo es la erotización
del poder”, que en su momento escandaliza a las derechas académicas y profanas
de la cultura occidental hegemónica. Un insular e ignoto blog de Mistress Kristina, azarosamente hallado en mis búsquedas sobre el anarquismo y su capacidad contemporánea de organización de la cotidianidad, me pone en contacto con un pensamiento fuertemente laminado por el del singular pensador francés: Dice la autora:  “El anarquismo rechaza el poder y la organización. Pero aquí (refiriéndose el sadomasoquismo) no hay poder político ni estatal, que también a mi me repugna. Es un poder erótico.”Súbita diafanidad del pensamiento. Transformación política de la interpretación puramente psicológica. La erotización del poder, aducido por Foucault, supone una reversión paródica del poder. Una conquista de la dimensión infausta del poder por parte del amor. Porque de lo que no cabe dudas es, que el amor es polimorfo, y una de sus formas normales -irónica tal vez en su fenomenología-  es el sadomasoquismo.

La anarquía que introduce Mistress Kristina refuerza el componente lúdico del erotismo sadomasoquista. Su riqueza. El encabalgamiento del amor y el juego, instancias ambas desprovistas
de productividad capitalista. El sadomasoquismo es una repulsa contra el arjé, una rebelión ante los principios fundantes de la organización. ¿Por qué debe ofrecerse siguiendo un orden único la más libérrima de las manifestaciones antropológicas: el amor?  El sadomasoquismo es un poder amoroso, un poder lúdico, una instancia liberadora, porque instaura el absurdo, la simulación de la violencia en la consumación respetuosa y consensuada del deseo.



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