Antropología de la corporeidad: el animal que calza (31)
La sandalia, diseño
desnudo del deseo, evade el mero camino del fetiche. No es en rigor una
sustitución: es la prolongación artificial del pie. El pie sutil se viste…Las
tiras acarician el empeine y los dedos del pie. El cambrillón vuela en la
altura del taco hacia territorios de erotismo. La interpenetración es tan
íntima y perfecta que el pie desnudo no necesita desvestirse en el momento de
la cópula amorosa. La artificialidad (es decir la naturalidad de lo humano,
pues ser humanos no es sino el tránsito vital de la mano de las tecnologías)
multiplica el deseo. Las formas, las texturas, los materiales son afrodisíacas
en el arduo momento de la entrega.
La curvatura del pie adelanta el cuerpo hacia el goce.
Acelera la consumación estilizando las
piernas, las rodillas y la columna. Estar con las sandalias puestas anticipa
las vivencias erógenas. El lascivo contacto con las superficies de la sandalia.
Escojo la sandalia de tacos agujas y conjeturo la lujuria de las miradas. Pero
no se trata de un mero fetiche: es sencillamente el encuentro con nuestra extra
corporeidad sensual. No sustituyo la piel y sus sudores y olores: potencio la
erogenidad de la piel en el artefacto sensual diseñado al ardor lúbrico del
deseo.