Libertinaje y libertad: sus superposiciones creativas.
La libertad es el nombre civilizado que la sociedad moral le
ha puesto a la vida domesticada del animal humano. Apenas asoma una dosis de
rebelión creativa en el individuo o en el grupo, esa sociedad habla de
libertinaje, caos o anarquía. La libertad es sobria y previsible porque sigue
codificaciones, pautas y costumbres. Ser libre es observar meticulosamente el
orden establecido y, por ello, la libertad es conservadora. La libertad es
enemiga de la utopía y del deseo y se erige en un límite infranqueable en la
experimentación de nuevas relaciones con los demás.
Sé que la semántica es un campo de controversias ásperas y
decisivas y sé también que yo podría nombrar a la libertad adscribiéndole a
ella todos los contenidos que le otorga el moralismo a la palabra libertinaje.
Por lo pronto creo que la libertad refiere a la todoposibilidad de la creación
y la fantasía. Es una palabra sutil como la carne misma, por eso, tiene un
límite natural: el cuerpo deseante del otro. La única acotación de la verdadera
libertad es el respeto de los cuerpos, es decir, de nuestra verdadera sustancia
ética. Soy libre hasta que el cuerpo del otro ejerce su opción deseante y opone
su rechazo a mi pretensión egoísta colonizante.
Etiquetas: libertad- libertinaje- norma- creatividad-deseo-corporeidad
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