antropología de la corporeidad. El animal que calza (35)
Relación ¿natural? del pie y el calzado.
El pie es erótico. Extraña y baja
encarnación de lo erótico. Sin embargo, por todas partes y en todos los tiempos
el pie ha sido objeto del deseo. El calzado, su complemento natural (¿natural
un objeto de la cultura?) lo ha acompañado, furtivamente, como un ropaje
sensual. Más allá del carácter protector, su vocación ornamental ha revelado
siempre esta continuidad natural. Consciente de la problematicidad de la noción
naturaleza, se me ocurre que puedo, atrevidamente, hablar de fusión o interfaz
erótica entre el pie y el calzado, porque vestir (revestir) el pie es un
ejercicio de lascivia reprimida. Es difícil extirpar del pie su connotación
sexual, connotación que no me parece meramente simbólica, alegórica o
representacional, sino que conforma una expresión directa de la sexualidad. La
desnudez del pie, su descalcez es erógena. El pie excita, y ello no tiene que
ver con perversión o anormalidad alguna: se liga a la presencia primera de la
carne como tentación, como incitación, como pecado.
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