El “pecado” de la carne.
La cultura ha hecho de nosotros
seres eróticos. No existe el erotismo de la carne si no interviene ese poderoso
modelador llamado deseo y su compañera incondicional de desenfrenos amorosos,
la fantasía. Quiero decir que el continente biológico configura un sustrato
estructural donde se yergue el lujurioso constructo del símbolo cultural.
Aquello de que la cultura no puede construir el suelo deseable de la carne es,
por cierto, una verdad a medias. Las tecnologías de la sensualidad suplen estéticamente
aquello que natura no ha prestado.
La voluptuosidad de la carne, el “pecado”
condenatorio de la lubricidad existen merced a códigos sancionatorios y a
incentivos hedónicos. No hay pecado en la intimidad sexual de los animales
(seres a los que indudablemente pertenecemos como especie): el “pecado” lo
introduce la sed lujuriosa, la debilidad ante la carne, el apetito
concupiscente.
La carne es irresistible. No en
vano el anacoreta se aísla del mundo para evitar la tentación más poderosa, la
de la piel. El monje se flagela para negar el llamado inapelable del deseo
carnal. Aunque pareciera que describo la conducta de un ser “primitivo” o “infantil”
ante la contundencia del cuerpo, lo cierto es que no existe el acostumbramiento
anonadador ante la patencia de la desnudez. Aquellos que trabajan con sus
cuerpos desnudos no controlan el escozor erótico e incurren en el “pecado”
lujurioso.
¿Ello determina una invariancia
ontológica que contradice lo que acabo de afirmar en cuanto a la historicidad
cultural del erotismo? La respuesta es negativa, porque el erotismo adopta
formas cambiantes, novedosas, plásticas. No hay remate erótico porque éste jamás
adquirirá la fijeza de la biología, más allá de que las biotecnologías, aquellas
tecnologías que intiman inteligentemente con la carne, seguramente intervendrán
en la forma biológica de la sexualidad haciendo que tampoco exista remate en la
dimensión zoológica. La Mutación, el cambio, la transformación es la única
regla.
Etiquetas: erotismo- biología- carne- pecado- lujuria- ontología.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio