La Perinola

Como en un juego la vida da y quita. Pero la perinola es accionada por fuerzas absolutamente humanas. Pensar la realidad cotidiana es el objeto de estos apresurados apuntes críticos.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

antropología de la corporeidad: el animal que calza (36)



Estoy descalzo, estoy desnudo.

Escondido, metamorfoseado, elidido, prohibido, execrado…por todas partes las leyes, los mitos, los razonamientos disimulan la mirada del pie. Se bajan los ojos con un disimulo teórico y poético que todo lo sublimiza.  La estrecha relación entre el pie desnudo y las demás zonas sexuales, no me parece ser meramente una simbolización o sustitución. El pie desnudo es enteramente atractivo porque en el comienza la desnudez total. La desnudez no comienza en la cabeza. La cabellera será erótica para muchos, pero por razones que pueden ser del orden del símbolo o del signo y no por interpelación directa al deseo sexual. En ciertas culturas los individuos sentían más vergüenza al mostrar sus pies descalzos que al mostrar sus genitales descubiertos. Esta observación puede estar abierta a variadas significaciones, pero es indudable que demuestra que el pie no es visto como un mero apéndice sino como una parte central en la edificación del esquema corporal humano: estar descalzo, equivale, en algún sentido estar desnudo. Mi desnudez comienza por los pies y es sobre ello donde las miradas se concentran. Paulatinamente los ojos descubren o se concentran en la genitalidad, que, en el caso de la mujer, no es tan visible su morfología como puede ser el pie que expresa la totalidad de lo que soy como cuerpo desnudo: el pie desnudo me vuelve carne.




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