Antropología de la corporeidad: el animal que calza (20)
Antropología de la corporeidad. El animal que calza. (20)
La nobleza de las manos deviene de su carácter aéreo. Frente
a ello, lo innoble o sucio del pie terrenal. Lo aéreo, lo sublime, lo ligero es
el contenido espiritual, cuyo continente empírico es la cabeza. En la
prestidigitación metafísica la cabeza (material) se piensa como materialidad
contigua a lo almático. Visión prejuiciosa que desconoce la incidencia del pie
en la conformación evolutiva y material de la cerebración especial del ser
humano. La posición bípeda, posible por la anatomía de nuestros pies es
responsable en gran medida del pensamiento. De modo que el desprecio idealista
hacia nuestros pies asienta en un falso razonamiento y en una impostura
epistemológica.
En la antropología de la corporeidad, en rigor, el pie juega
otro rol. Con su avatar cósico-tecnológico (avatar sensual por excelencia) el
pie se encarama sobre la tierra de la que es parte inescindible. Pero por un
momento, la mujer juega en la altura: se angeliza o se demoniza, se vuelve
seductora, se vuelve erótica. Si es en el marco de un juego, el zapato erige a
la jugadora en una mujer adulta. Pura espiritualidad mana del pie, cuando
sabemos que el espíritu es una de las definiciones sutiles de la materia, que
en los pies es sensibilidad casi erógena.