La rebelión erótica: multitudes desnudas.
Lo subjetivo, esto es, el criterio o el gusto personal, se
halla socialmente construido. Tendemos a magnificar la singularidad de nuestras
posiciones en virtud de cierta omnipotencia narcisista. Pero la subjetividad es
una construcción socio-cultural, que denota más comunalidad que distinción. Por cierto que no todas las ideas emergen a
la superficie: algunas permanecen aherrojadas en las mazmorras el miedo y el
pudor. Pero su carácter subterráneo no conlleva originalidad: también en lo
oculto existe un tácito consenso, un consenso clandestino, un consenso
inconfeso. No por ello habría que pensar en un esencialismo que conlleva acuerdos
necesarios. Simplemente se trata de la comunicación de lo elidido, de lo
prohibido, de lo sujeto a estigmatización. La invasión de la sandalia (chinela,
ojota, etc.) supone una rebelión contra el mandato puritano. El calzado de
entrecasa, es decir el calzado doméstico, sale a calle en multitudinarias
manifestaciones de erotismo reprimido. Se exhiben los pies, los dedos, los
talones: una subversión de desnudeces que se prolonga en la pierna descubierta.
El uso de micro faldas o pantalones shorts instalan la desnudez que insinúa tan
perfectamente la sandalia. ¿Obedece a una fuerza innata o una dislocación de
las normas culturales? Indudablemente se
trata de una ruptura frente a la arcaica prohibición, contra la gazmoñería insulsa
que hace de la desnudez una manifestación de lo diabólico. Socialización del deseo, conciencia del
erotismo, puesta en discurso de la voluptuosidad a través de la prepotencia del
acto.
Se puede disentir profundamente de la interpretación aquí ensayada,
pero no hay que olvidar lo que manifestaba
al principio de esta breve nota: hay consensos que giran en torno de lo
prohibido, consenso en descubrirse y rechazar la pecaminosidad de la piel desnuda. La coincidencia puede
obedecer a un mandato de la moda, pero ello significa olvidar que la moda es
uno de los posibles caminos de la ruptura revolucionaria. La moda puede ser un
camino lascivo que aligera de culpas, que apuntala rebeldías sensuales.
Etiquetas: chinela, erotismo, rebelión sensual